viernes, 14 de agosto de 2015

Una embajada, una bandera, la represión y el silencio.


Siempre digo que vivo saltando husos horarios, entre los míos, los de aquende y los de allende.
Recuerdo hace unos 20 años que ayudaba a mi suegra a preparar maletas para llevar a Cuba. Pasaba por mi “closet” (armario) y buscaba prendas que no usábamos mucho, porque allá sí que le necesitaban. La maleta estaba llena de artículos insólitos para quienes vivíamos en Democracia. Desde prendas de ropa, jabones, desodorantes, medicinas… Mi suegra viajaba en una época en la que los cubanos salidos en los 60’s, los “gusanos”, tenían que entrar como "cubanos" y eran absolutamente revisados. Hace unos años esto cambió, porque a Fidel y sus acólitos se les ocurrió que llevaban divisas y era conveniente para ellos, claramente. Así que les dejaron entrar con el pasaporte de sus patrias de acogida.

Las cosas poco han cambiado en Cuba, siguen los presos políticos, la represión, los desaparecidos, la gente que sale al mar, a esas 70 millas que les separan de USA. Pero justamente hoy, esa nación reabre su embajada en La Habana, en una acción sin precedentes. No ha habido condiciones, Raúl Castro ha repetido hasta la saciedad que sus políticas son intocables, que Cuba seguirá gobernada como hasta ahora. Sin embargo, el Nobel de la Paz, Obama, busca el aplauso fácil, quedar en la historia como el presidente que reinició las relaciones con Cuba. Y me pregunto, ¿a qué precio?

Hoy me embarga una profunda tristeza, por los míos, por todos aquellos que han luchado en pro de la libertad en Cuba y fuera de ella, por quienes están presos, por quienes han perdido la vida, luchando o huyendo de una Isla que se ha convertido en la prisión más grande del mundo. Con el silencio cómplice de todos.

Pero estos hermanos Castro han continuado con ese “genocidio” particular. Venezuela fue entregada a ellos hace 16 años por el gran traidor, Hugo Chávez. Y ahora, muchos venezolanos que hemos salido de nuestra tierra, por activa o por pasiva, buscamos formas de enviar a los nuestros artículos de primera necesidad, medicinas desde las más sencillas hasta las más complejas, desde analgésicos a medicamentos para el cáncer. Se ha instalado todo un entramado de rutas para ello. Mi patria ha sido tomada por unos sátrapas que han llenado sus arcas a costa de un pueblo que han llevado a la miseria. Hoy se conocen algunos nombres, Ivan Simonovis, María Lourdes Afiuni…, sin olvidar a Franklin Brito. Pero continúa el silencio.

Todo sigue bajo un guion del que no se escapan cruzando el Atlántico. Hay pruebas que los dirigentes de Podemos también han recibido parte de esos “apoyos”, y ahora intentan deslastrarse de ellos, pero, ¿han dejado de recibir?.

El comunismo, un cáncer que ha minado Latinoamérica y que va sembrándose en diferentes partes del mundo. A mi mente llegan las reuniones que se han dado justamente el La Habana entre las FARC y el gobierno colombiano. Una paz sin paz, con los Castro de fondo. Parece que estuviéramos frente a una mala película. Pero lastimosamente es todo tan real. Es el Foro de São Paulo quien ahora dirige todo este entramado de miseria y represión.

Hoy se reabre la embajada. La bandera de 50 estrellas se izará de nuevo en La Habana. Demasiados sentimientos encontrados. Demasiadas muertes. Demasiada frustración. Demasiados Orlando Zapata, Guillermo Fariñas, Las Damas de Blanco, Oswaldo Payá, Harold Cepero… Demasiadas incógnitas y continúa el silencio.



2 comentarios:

  1. El peor presidente de los Estados Unidos en toda la historia del País. Y el año y medio que le queda al "Comandante en Jeque" se nos va a hacer interminable.

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